Cantos a Sebastopol original
Qu; brechas sus cuerpos ca;dos siguen abriendo
en la espesura del horror que, solos, desafiaron.
Dejadme cantar que nada, nada, se ha perdido
Que no cabe en la muerte su resplandor.
Desde la palidez de la tierra, la escritura de sus hechos
regir;n nuestros hechos hoy y ma;ana.
Simiente ardua dentro de nosotros, evidencia,
evidencia, evidencia del hombre sovi;tico.
Yo os juro que nada, nada se ha perdido.
El ;ntimo oc;ano de circular bracero
la ;gnea temperatura del h;roe amanecida en su carne
dejaron el pozo impoluto de un cielo
sobre nuestras cabezas, el estupor de la justicia.
Su belleza terrible podr;a doblegarnos
si no hallara en nosotros ese mismo calor
de alturas libres de dolor y muerte.
Conquistables alturas que el animal ignora.
Yo me extrav;o noches enteras llorando
hasta desconocerme, separada de mi voz
que sabe el porqu; del sacrificio.
En la puerta de toda sangre los pongo
como otra puerta.
Y toda sangre es requerida por un aire nunca respirado
Y canta conmigo la tremenda alegr;a de haberlos visto.
Y se agranda toda sangre como quien va a nacer,
Y asombrada, m;s all; de su boca sacudida.
Con trabajos y d;as yo quiero merecerlos.
SOFIA AJRZARELLO
SEBASTOPOL RESISTE
No se muri;ron
los marineros de acero
de Sebastopol.
Sebastopol resiste
en cada obrero
de alma justa y valiente
bajo el Sol.
No se murieron
las madres doradas de Sebastopol.
Sebastopol resiste
donde sea amada
con verdad la vida
y su profunda voz.
Sebastopol se levantar; de nuevo
compa;ero, compa;ero
con madres doradas y marineros de acero
y otra vez todos los cielos
desearan ser su cielo
bajo el Sol.
Pues no se murieron
los ni;os que jugaban
en Sebastopol.
Sebastopol resiste
donde sean llevadas
donde sean amadas
las banderas de la Revoluci;n.
No se murieron
los recios obreros
de Sebastopol.
Sebastopol resiste
donde haya esp;ritu sin miedo
donde existe un honor creciendo
desde ayer, desde hoy.
Sebastopol se levantar; de nuevo
compa;ero, compa;ero,
con ni;os, hombres, novias y obreros
y otra vez todos los cantos
desear;n ser su canto
de la Revoluci;n.
Y otra vez veremos
sus marineros de acero
con fusiles al hombro
como m;stiles al cielo,
y otra vez veremos
sus madres doradas
purificando la tierra
en nuestra madrugada
SI, COMPA;ERO.
ALBERTO SORIANO THEBAS
PALABRAS NECESARIAS
Es tan urgente ahora esta angustia que nos cerca
a iodos, que no podemos ya medir los versos para decir sencillamente:amamos; para gritar: Ca;nes; para decir odiamos.
Perdonanme; yo soy un silencioso. — Soy alguno que sufre y a quien las apariencias juegan malas pasadas. — Tambi;n leo diarios horrorosos cada d;a, buscando la esperanza, creyendo en el milagro y cada d;a el miedo debe retroceder sus letras y cada d;a el Hombre componer su alfabeto.
Todos sufrimos de la misma manera, verticales, transe;ntes, todos sufrimos sin aburrirnos nunca. Buscamos la Esperanza; creemos el Milagro.
Perdonad mis palabras, os lo pido, porque os hablo en mi nombre, yo que sufro hasta no estar en m;, sino en el sitio donde nos morimos. All; estamos los que amamos al Hombre.
Y all; tambi;n morimos.
"Toda campana dobla por nosotros".
Toda bala nos mata. Y cuando cae Espa;a nos morimos y cuando Francia cae nos morimos y cuando Rusia lucha nos morimos tambi;n, de otra manera.
De otra manera, es cierto, y yo s; como decirlo ahora.
Todo es inveros;mil y el Infierno nos hace una sinopsis un pr;digo adelanto.
S;lo de t;, Santa Madre Rusia inmortal
— ahora lo sabemos, ahora y para siempre lo sabemos —
que tu pueblo, tu hombre ejemplar y humano,
defiende el Para;so que el crimen circunda con sus llamas.
Y ahora, no es la Muerte tan s;lo, es tambi;n la Esperanza.
No es el crimen tan s;lo, es la voluntad del Hombre
por ser Hombre, es la voluntad del Honor y de la Vida.
Las ciudades no caen cuando no cae el Hombre,
cuando los muertos no caen.
Sebastopol: tus muertos no cayeron, no caen, porque si toda muerte no disminuye, todo hero;smo justiciero crece nuestra
f; en la Vida, nuestra necesidad de Esperanza.
Para decir mi asombro, mi amor, por este pueblo no tengo sino l;grimas. Llanto viril y sangre. No puedo hacer una edici;n con ellas. Yo no soy elocuente y soy poeta apenas. Y adem;s, me averg;enzo. Pero sabed que muero donde mueren los que borran el Miedo para escribir de nuevo la Esperanza.
ENRIQUE LENTINI
;SALUD, SEBASTOPOL!
Vivo corre en sangre a;n el Tchemaia en tu bah;a,
Sebastopol, y en su litoral, el medio punto de un arco amasa
en piedra las casas para el hombre, el pan y el sue;o...
As; te present; en infancia y mito: pastores de cemento
guardaban tus fronteras: Constantino, Alejandro y Nicol;s –
Y m;s de un d;a, alia en Karabalnaia, entre baluartes,
al tiempo me enfrent; en hombro del tauro
o del romano que unce con cadena al m;rmol de la tierra
el hombre secular de la Crimea...
Y cuando, ni;o, al sol poniente retorna este mi ej;rcito
de abejas envuelto en el aromo de tus ;rboles
y en el quebrado color de tus mezquitas,
Sebastopol, me evocas al viejo cimbrio camellero
volcando trigo y miel a medio oriente,
o campesinos barbas de oro de Kerch y Balaklava
vendiendo al turco de taimada costumbre mercader,
por tabacos y frutas y especies y quincallas,
sus pieles de cordero, como en siglos escitas
vend;an a Bizancio, Trebisonda y Haroclea.
Sebastopol, me evocas peripecias de los griegos
y en historias miles confundes mi memoria que quiebra
derrepente del hunno utgur que pisa, rompe y trunca,
ayer como hoy, el destino de almendro y vid del hombre
que desde ;poca lejana, tejiendo su destino imcomparable,
ha muerto en pie jya tantas veces!, en t;, Sebastopol.
Caminante fiel, de pronto estoy sobre tus ruinas:
Malakof y tus trescientos treinta d;as me conmueven,
tu Gorschakof me admira,
tus vides desangradas me estremecen,
y s; que sobre t; cenizas se elevaron, ayer como hoy,
y el humo fu; el ;ltimo mensaje que en el cielo
tu pueblo nos dej;, Sebastopol...
M;s otro d;a, del polvo y de las ruinas renaci; tu flor
—la m;s grande y roja flor que diera el hombre al mundo-:
te conoc; sin verte; por tu perfil mi mano reconoci;
el antiguo color; tus trigos s© doblaron en pesadas espigas;
tus sales tierra adentro nuevamente emigraron;
tus vinos resurgieron los faunos y lagares;
tus abejas nuevas mieles vaciaron de sus vientres,
Sebastopol, te vimos la primera y m;s bella,
"la ni;a de los ojos" del Soviet, y llave para el reino
de los caracoles y los acorazados:
Es que en t; el mundo recomenzaba a ser.
;Y despu;s... que fu; de t;, Sebastopol, que grande fuiste?
;Ah, para despu;s mi evocaci;n ya no me sirve
porque siento mi lenguaje destruido;
porque tengo mis palabras hechas trizas
y siento que mi boca retrocede
sin que emoci;n m;s grande la conmueva!
Yo siento que esta carne est; tan viva
que el pesar es mi lengua, noche y d;a
y agota este mi esfuerzo de ser sobrio,
de ser justo y cordial con el denuesto
mortal, contra tu muerte, Sebastopol.
No me sirven mis caprichos ni mis salves,
la salud de la imagen se retrasa,
otras letras tendr;a que aprender para cantarte!
Los espantos que conozco no me mueven,
las durezas de las piedras que me afilan no me sirven,
las simientes que al viento le ofreciera me son vanas:
ni mi vida que te ofrezca ya me duele
ni mi muerte que te diera ya te entiende...
Y es que otra vez las ra;ces de la tierra est;n al aire,
las vides derramadas, los senos sepultados,
los trigos pisoteados, las tierras ya sin lunas y comidas,
los lodos son la vida y son la muerte,
las espadas hablan solas y se cuentan,
los p;jaros se espantan y enmudecen,
los caballos que relinchan se preguntan,
las cenizas han cubierto las verg;enzas y en los altos
paredones de los fuertes los fusiles cuchichean;
en las albas nos esperan las traiciones,
la noche nos reparte sus angustias en pan muerto,
por los aires s;lo el soplo de la ausencia nos acoge,
los perros se desprenden de la tierra para aullar,
los ni;os que jugaban a morir y destriparse
PALABRAS NECESARIAS
Es tan urgente ahora esta angustia que nos cerca
a iodos, que no podemos ya medir los versos para decir sen¬cillamente:amamos; para gritar: Ca;nes; para decir odia¬mos.
Perdonanme; yo soy un silencioso. — Soy alguno que sufre y a quien las apariencias juegan malas pasadas. — Tambi;n leo diarios horrorosos cada d;a, buscando la espe¬ranza, creyendo en el milagro y cada d;a el miedo debe retroceder sus letras y cada d;a el Hombre componer su alfabeto.
Todos sufrimos de la misma manera, verticales, tran¬se;ntes, todos sufrimos sin aburrirnos nunca. Buscamos la Esperanza; creemos el Milagro.
Perdonad mis palabras, os lo pido, porque os hablo en mi nombre, yo que sufro hasta no estar en m;, sino en el sitio donde nos morimos. All; estamos los que amamos al Hombre.
Y all; tambi;n morimos.
"Toda campana dobla por nosotros".
Toda bala nos mata. Y cuando cae Espa;a nos morimos y cuando Francia cae nos morimos y cuando Rusia lucha nos morimos tambi;n, de otra manera.
De otra manera, es cierto, y yo s; como decirlo ahora.
Todo es inveros;mil y el Infierno nos hace una sinopsis un pr;digo adelanto.
S;lo de t;, Santa Madre Rusia inmortal
— ahora lo sa¬bemos, ahora y para siempre lo sabemos —
que tu pueblo, tu hombre ejemplar y humano,
defiende el Para;so que el crimen circunda con sus llamas.
Y ahora, no es la Muerte tan s;lo, es tambi;n la Esperanza.
No es el crimen tan s;lo, es la voluntad del Hombre
por ser Hombre, es la voluntad del Honor y de la Vida.
Las ciudades no caen cuando no cae el Hombre,
cuando los muertos no caen.
Sebastopol: tus muertos no cayeron, no caen, porque si toda muerte no disminuye, todo hero;smo justiciero crece nuestra
f; en la Vida, nuestra necesidad de Esperanza.
Para decir mi asombro, mi amor, por este pueblo no tengo sino l;grimas. Llanto viril y sangre. No puedo hacer una edici;n con ellas. Yo no soy elocuente y soy poeta apenas. Y adem;s, me averg;enzo. Pero sabed que muero donde mueren los que borran el Miedo para escribir de nuevo la Esperanza.
ENRIQUE LENTINI
A LA CAIDA DE SEBASTOPOL
El cielo enrojecido se cubre
de nubes de fuego,
Sebastopol se estremece.
Avanza la m;quina inponente
y los hombres desnudan sus pechos
entregando valientes sus vidas.
Sebastopol se estremece.
Avanza la m;quina inponente
profanando la estrella roja.
Avanza la perversa barbarie
bajo el cielo de Rusia.
Sebastopol pierde sus fuerzas
y sus rocas se rompen.
La metralla destroza
y corre la sangre caliente
por la roja bandera de Rusia.
;Roja sangre de cuerpos de hierro!
Rojo cielo de macabo atardecer
en la Pen;nsula de Crimea.
Ha ca;do Sebastopol...
pero alguien lucha por ella.
Es la intensa palpitaci;n
de las banderas flameantes
que llevan signos de libertad.
Es el grito tremendo
al Universo enceguecido.
;Sebastopol, fortaleza perdida!
;Sebastopol, muralla de rocas!
Rojas de sangre ti;endo
ese mar de olas bravias.
;Roja sangre de cuerpos de hierro!
Sebastopol, fortaleza perdida.
S;mbolo de la lucha tenaz
que ha de levantarse de nuevo
rompiendo cadenas de tortura,
en un grito claro y profundo
que tendr; para siempre su eco
en el coraz;n universal.
;Sebastopol, muralla de rocas!
M. JORGE NIETO
SEBASTOPOL EN PIE
Sebastopol, en pi;.
Ya no hay d;as ni noches;
el tiempo, detenido, de piedra,
sin palpitar in;til de relojes
sin l;mparas velando un sue;o in;til,
sin camino de tr;boles ni esperas.
Sebastopol, en pi;.
Fueron d;as y d;as...
;Qu; Dios con odio
pudo contar las horas que no existen
asomado a la puerta del icono?
Sebastopol, en pi;.
A trav;s de Kupyansk llegan los b;rbaros!
(ah, (la rotuda voz del telegrama!)
Las filas de robbots que nada entienden
llegan quemando trigo de Tchemaja!—
;Est;n en Kursk, est;n en Kursk los b;rbaros!
Ciegos y agusanados, como muertos,
andando porque el l;tigo lo manda,
con el espanto a cuestas y mordiendo!
Llega la antigua m;quina, rehecha
desde el oscuro hervor del medioevo,
a la que empuja la andrajosa mano
de un diablo sin infierno!
;Van subiendo Sapan!
;Llegan los b;rbaros!
Cuidad el homo para el pan! El recio
esp;ritu, ciudad, que siga entero!
Un tren, Voronezh, llega hasta el cielo.
Sebastopol, en pi;.—
Los gritos suben, espesos y calientes
y el muro de venas entrelazadas, sigue
tenaz, firme, enraizado
sangrando, sigue...
Los viejos rapsodas
enterrados junto al caballo de los muertos
resucitan en esta noche del Ragnarock.
Resucitan
los viejos rapsodas
de los caminos de la lengua de Oc,
los del Carpi; y Roncesvalles.
Resucitan
los que vieron el escudo de Ares
en los combates de lo& reyes pastores.
Resucitan
los que una hora
trenzaron barba y alabanzas
a Federico Barbarroja.
;Ah! Mirad!
Mirad, Viejos:
;Sebastopol, en pi;!
Los muros se derrumban debajo de un cielo agujereado
pero la ra;z de los muros est; m;s abajo y vive.
P;jaros y peioles se mueren entre el humo:
pero la ra;z vive, perennemente vive!
Antiguas palabras con herrumbre y cadena
ruedan decapitadas o estallan en el aire.
Pero la ra;z vive, la verdadera vive,
entre ruinas y escombros, la verdadero llave
intacta
se levanta.
Sebastopol, en pi;.
No es tiempo de llorar ni de gemir,
ni de escuchar la voz de los retratos.
Es tiempo, s;, de estar en pi;l.
Y nosotros, gente de un mundo nuevo,
de pi;
como Madrid y Londres y Sebastopol
en pi;, apretados, graves y firmes,
muro de venas entrelazadas,
en pi;, siempre en pi;,
esperando el gran d;a
en que todo
ser; a;n mejor que tr;bol y gramilla,
y tibio hogar y r;o dome;ado.
En que el mar
ser; un camino
y la tierra una mano con espigas!
SELVA MARQUEZ
SEBASTOPOL EN LLAMAS
Sebastopol est; en ruinas;
Sebastopol qued; en llamas:
antorcha de hero;smo
sovi;tico, levantada
a la orilla del Mar Negro,
entre colinas de plata,
cay;... m;s resplandeciendo...
para ejemplo y ense;anza
de otros pueblos que, muy pronto,
deben entrar en batalla
contra el Ogro Polic;falo,
la Bestia Motorizada
de este nuevo cataclismo
que engendr; la Plutocracia,
manceba de los Caciques
del Pillaje y la Matanza!
De los humeantes escombros
de Sebastopol, se alzan
— enguas de luz los apostrofes
contra los flojos y tr;nsfugas
de todas las latitudes,
que, en esta hora de magnas
definiciones, esquivan
su graso cuerpo a las balas,
o adheridos, cual moluscos,
a su "neutralidad", aguardan
que se aclare el horizonte
y amaine la marajada...
Sebastopol, gigantesco
osario de hordas germ;nicas,
pregona c;mo se baten
las milicias proletarias,
en defensa de los fueros
de la dignidad humana,
contra t;cnicos del Crimen,
megal;manos piratas,
que prostituyen la Ciencia
y a pueblos — reba;os atan
al destino de sembrar
la muerte por donde pasan
y destruir lo que otras manos,
m;s nobles y ;tiles, crearan...
Hombres de todas las tierras,
hijos de todas las patrias,
aun aquellas m;s distantes
de los frentes de batalla:
;disponeos a la lucha!
;Aprestad coraje y armas
para el supremo combate
por la redenci;n humana!
Lleg; el d;a de arrancar
de la estremecida entra;a
de la Historia, un mundo nuevo,
de justicia igualitaria,
sin esclavos ni verdugos,
sin par;sitos y s;trapas.
Son; la hora de erigir
sobre las cenizas tr;gicas
de reg;menes vetustos,
carcomidos por sus lacras,
una sociedad dichosa,
de aut;ntica democracia,
sin amos providenciales
y clases privilegiadas;
la que ide; Carlos Marx
y Len;n edificara
en la tierra de Puchkine,
que hoy vemos transfigurada
;por la sonrisa fraterna
de Stal;n, el Camarada!
Por nuestra liberaci;n;
por este mundo sin castas
de explotadores e ilotas,
de Pantagrueles y Parias...
Sebastopol qued; en ruinas,
Sebastopol es un ascua...
Por el Ideal de Justicia,
todo un pueblo se alz; en armas;
Por el Ideal de Justicia,
todo un pueblo se alz; en armas;
apoyando a los soldados
ni;os, mujeres y ancianos
de la naci;n proletaria,
afrontaron la metralla,
la sed, el hambre, el tormento
del insomio, en las entra;as
de improvisados "refugios",
mientras, arriba zumbaban
— ual siniestros moscardones –
"stukas" de negras alas,
que van sembrando "kultura"
con sus bombas incendiarias...
Por el honor de la Especie,
Sebastopol qued; en llamas...
(Fu; un baluarte cada barrio
y una almena ciada casa...)
;"Por salvarnos de la Bestia,
Sebastopol fu; arrasada!
Mas surge de sus escombros,
de sus calles devastadas,
de sus fuertes destrozados,
de sus derruidas f;bricas
y sus trincheras, te;idas
por la sangre proletaria,
junto con el anatema
a los flojos y los tr;nsfugas
de todas las latitudes,
un resplandor de esperanza,
que se convierte en aurora
de certeza y nos exalta:
;Sebastopol, ciudad—m;rtir,
muy pronto ser; vengada!
Bajo el martillo tenaz,
de las fuerzas democr;ticas,
empieza a resquebrajarse
la monstruosa maquinaria
del atraco imperialista
que Adolfo Hitler montara.
Ya el Ogro se tambalea;
diente tras diente le arrancan
y quedar; inerme, al fin,
en la estepa desolada,
como estigma y testimonio
de que quien a hierro mata,
a hierro muere, tambi;n,
porque la Justicia tarda,
pero llega, inexorable,
como alud, contra la Infamia!
Pu;o en alto, te contemplo
Sebastopol, inmolada
ante el Moloch Pangerm;nico,
por legiones de hombres—m;quinas,
llevados al matadero
por un delirante s;trapa,
bajo el signo de los Hunos
Modernos: la Cruz Gamada!
Pu;o en alto, te saludo
Sebastopol, coto y plaza
de la epopeya sublime
de las huestes proletarias
que, una vez m;s, demostraron
c;mo se muere y se mata
por defender el acervo
de la dignidad humana
y crear un mundo bueno,
sin magnates y sin parias!
Y, pu;o en alto, te canto
con la voz de mi esperanza,
Sebastopol, Troya Obrera,
!que pronto ser;s vengada!...
MARIO CASTELLANOS
ODA A SABASTOPOL
Nadie sabe qu; voz est; llorando!
Nadie sabe de bocas angustiadas!
Nadie tuerce la voz para gemirte;
Nadie se angustia, jam;s nadie ha llorado
Nadie caer;, nadie cay; jam;s!
No ha pasado la bestia j Mira su sangre amarga
en la esquina del tiempo!
Mira su sangre rota
que hace muecas de goma
y finge rostros de Hombre.
Mira su sangre verde
que ensucia los senderos,
que coagula su espanto y su derota,
que llora en la pendiente y no ha manchado
las profundas espigas de tu canto!
Por tu mar amarillo de rotas chimeneas,
–vac;as en la tarde como los comentarios –
naciendo de ti misma triangular y pausada,
hacia esta noche amarga.
Oigo tu vuelo
tendido y deshojado como tu flor eterna:
vienes de lejan;as que se comen el vientre;
vienes viva y humeante,
palpitando de estrellas,
tranquila abierta, blanca, frutal como crep;sculo.
Tus guerrilleros —;rboles
de angustiadas ra;ces engarfiadas en roca –
van quedando en la luz eternamente,
de filo como flechas apuntadas
con tranquila reciedumbre del acero!
En tus ojos de trigos encendidos,
o de techos en llcana o casas en escombros –
siento tu paz ardiente
como alas en la boca ahogando las palabras.
Te escucho y no te lloro, ciudad honda;
no necesitas llantos.
Mas, te juro
que tus machos hermanos afilan sus martillos
y sus brazos de bronce desangrado.
Ya los ver;s por calles y veredas,
—cobijados de sombra o coronados de fuego—,
obstinados en tu sangre que clama y va rugiendo,
manchar tu vuelo
que viene y viene siempre.
Los ver;s como yunques implacables
al camino salir.
;Ya est;n marchando!
OTTO BENITEZ
ABC DE SEBASTOPOL
Negra, n;o chores n;o,
guarda teus olhos pra mim.
Senta-te aqui na ponte,
d;-me tua m;o esquerda,
vou te contar urna historia,
urna historia de espantar!
Uma historia de espantar,
o historia de urna cidade,
se chama Sebastopol.
A cidade tinha um porto,
o porto com seus navios,
seus marinheiros tambem.
Eram loiros marinheiros,
donos dos seus navios.
Negro, n;o creio n;o,
nessa historia de espantar,
Donde no mundo se viu
marinheiro possuir navio?
Navio ; de dono rico
que nunca andou pelo mar,
que a cor nao sabe que tem
os ondas verdes do mar.
Negro, n;o creio n;o!
Negra, n;o chores n;o,
guarda teus olhos pra mim.
Nessa t;rra que te falo
dos operarios ; a fabrica,
o trigo ; dos lavradores,
tudo ; de todos, negra,
a poesia tambem.
Urna historia de espantar.
Negro, meu negro mentiroso,
tua historia de espantar!
Negro, meu negro malvado,
tua historia ; de morrer!
Tua historia de malvadez
t;o bonita comegou...
Os assassinos sem lei
que f;zeram da cidade,
dessa cidade de todos?
Negro, meu negro malvado,
tua historia ; de matar!
N;o chores, negra, n;o chores,
minha historia de espantar!
A fabrica ja nao existe,
o trigo nao vae nacer,
os marinheiros morreram,
negra, n;o chores n;o,
vou te contar um segredo,
um segredo de espantar:
parece que o mar morreu,
tanta pena que lhe deu!
Negro, n;o me mates n;o,
tua historia de espantar!
Nao me digas que morreram
a fabrica dos pobres todos,
o trigo de fazer p;o,
nem o marinheiro nem o mar!
Negro, porque mataram
as coisas boas que havia?
Negro, e se chamam homens
esses monstros de espantar?
Negra, n;o chores n;o,
; mentira do negro, negra!
Nessa cidade maritima,
chamada Sebastopol,
n;o podem os nazis viver.
Matam flores e mulheres,
matam o trigo e matam o canto
dos passarinhos nos parques,
matam o riso das creangas,
a poes;a e o saber.
Mas ha urna coisa, minha negra,
urna coisa de espantar,
que eles n;o matar;o.
Negra "n;o morre o amor”
NEM MORRE A REVOLU;AO!
Negro, meu negro t;o bom,
tua historia ; de viverl
Negro, meu negro me diga
como ; que v;o fazer
aqueles que n;o morreram?
Onde est;o os marinheiros,
operarios, camponezes?
aqueles que nao morreram?
De novo a cidade vae ser
posse de una. dono so?
Negro, n;o creio n;o!
Negra, n;o creias n;o.
Aqueles que n;o morreram
nas r;as de Sebastopol,
levam um fusil na m;o,
negra, n;o v;o fugir!
Vou te contar urna historia,
urna historia de espantar!
Operarios e marinheiros,
soldados e camponezes,
guerrilheiros se chamar;o!
Essa cidade de todos,
os guerrilheiros, um dia,
para o povo a retomar;o.
N;o chores, negra, n;o chores,
guarda teus olhos pra mim...
Negro, eu n;o choro mais,
Guardo meus olhos pra ti.
Negro, me d; um fusil,
eu quero ser guerrilheira!
Onde fica essa t;rra, negro,
essa t;rra melhor do mundo?
Que barco ; que leva l;?
Quero tomar o trem de ferro,
quero ir para essa t;rra.
Leva tua negra, negro,
pra essa t;rra de espantar!
N;o chores, negra, n;o chores,
negra, n;o chores n;o!
Um d;a vou te levar,
sobre o mar das tuas lagrimas,
sobre o mar do sofrimento,
no barco "Revolu;;o",
um dia vou te levar
pra essas t;rras da Russia,
t;rras que sao de todos,
dos pobres todos do mundo,
essas t;rras de espantar!
Negro, que t;rras s;o essas
t;rras de todos os pobres?
Negro, que barco ; esse
chamado "Revolu;;o"?
De que porto que vae partir?
Nem que seja de terceira
nele quero me embarcar,
nem que seja no pur;o,
nesse barco de espantar!
Negra, n;o chores n;o,
mas nao posso te levar,
pois assassinos chegaram,
nazis de lodo vestidos,
de imundo ventre nacidos,
e sete mezes levaram
contra um punhado de gente:
os operarios das fabricas,
os lavradores do campo,
os marinheiros do porto.
Foi um crime de espantar!
Negro, tua negra j; vae,
no barco da "Revolu;;o"
assassinos a expulsar
dessa cidade de todos,
chamada Sebastopol!
JORGE AMADO
A UN MUERTO SOVIETICO
Yo tuve una peque;a flauta, camarada-
Yo tuve una peque;a flauta, camarada Conoc;a, la alegr;a sencilla del arroyo Juglar bajo los sauces,
Que pasea canciones por las mieses Con su garganta de agua.
Los verdes oxidados del oto;o
Que pintan el paisaje color melancol;a,
Y los pompones que el cardal le ofrece Al alma vagabunda de la brisa.
Amaba el verde ni;o de los brotes
Y el traje de inocencia que en diciembre Se ponen los cerezos.
Mi flauta ya est; toda de tierra.
Mi flauta ya est; toda de tierra
Como este, gusto a pena que descubro en el pan.
Este gusto a coraje que me crece en el pecho.
Ahora me dirijo a tu cera abandonada
Que ha de guardar a;n memorias de la vida.
Alg;n vago perfume que resiste en t;,
Como esos pa;uelos, que quedan aleteando en
las bah;as Cuando ya no se puede distinguir el navio. Comprende. Cuando un hombre abierto por el pecho
Riega de proletaria sangre la tierra proletaria, ;Qu; arroyo puede cantar mejor, en canto de la tierra?
Y si un ni;o se arrastra en los escombros Hurgando moribundo su juguete,
Para sentir que no se muere solo
;Que cerezo se atreve a vestirse de inocencia?...
El d;a (de la aurora vendremos a buscarte
El d;a de la aurora vendremos a buscarte
Tu ausencia se habr; de levantar desde tus hue[sos
Para que el hueco de tu vida nos pueda acom[pa;ar.
Alguien dir; mostrando tu vac;o —El est; en la vida. Cay; Sebastopol -
Y una anciana transida con los ojos resecos — Muri; de ;rente para matar la muert
Y una sola canci;n ha de juntar los r;os,
ha de fundir en rojo todas las banderas,
Ycantaremos todos. Y cantar; el arroyo,
Y se pondr; el cerezo su traje de inocencia,
Y los pobres del mundo sabr;n de su destina.
LEONIDAS SPATAKIS
CONFLAGRACION DE REMANENCIAS Y EMERGENCIAS
CRISTO — No paz, sino guerra, que, he venido a prenderle fuego al mundo y, ya adrede, nada queda que hacer, levantaos y vamos de aqu; a la tierra perenne, entre mueble e inmueble, distinguid, sois el camino, la verdad y la vida, no se turba vuestro coraz;n ni tiene miedo, la revoluci;n no involucra el estatismo ni la evoluci;n en¬volvente, la salada argencia ni el ;ureo becerro. La mudanza, no se efect;a de dormitorio a comedor o vi¬ceversa; solo es un trastorno del aparador, lavatorio de manos y estados a r;gimen probatorio. Entre el estropicio de roperos, pasad, vestios la prenda elegida a trav;s de vestes y vestones. Adquirid la lucidez cons¬ciente a que los seres racionales tienen derecho, y, conducios de lo ilusorio a lo real, de las tinieblas, a la luz; la paz teneis, ocio perdurable, holgura de crea¬dores, no tregua de masorantes demon;acos ni de cle- ricanallas deificadores, sino la del que vence sin luchar a trav;s de la gozosa lucha, consumiendo el confuso criterio y la opini;n patronizada. Experimentareis que no moris ni matais o rob;is, todo lo que os pertenece. La vistosidad de armas ni herramientas estorban vues¬tra victoria. La paja no puede nada contra el fuego; la soldadesca, nada contra el guerrero- Desnudo entra y sale del combate. Amar, matar y morir es dulce y triste a las sombras; ;spero y fuerte, vivir transidiendo.
TOLSTOY — La paz y la guerra, s;, la guerra y la paz; en cada batalla hay una sangre dejada al rencor que re¬manece sin tino, y otra que se trasciende desairada, que consum; su descubrimiento y exalta el sentido comuni- zante, humanizadora e intransigible. Reconoce, empiece por conquistarse o conocerse cada cual por s;, si no, vuelve a tener anhelo de envoltura mortal. Mentales patronizados, a;oramos el all; y el aqu;, los firmes brazos del concepto que nos apadrastra y la sentimen- talidad que amadrastra nuestro coraz;n acongojado ses¬mos ed;picos, bien carpamos la tierra o la madera. Por las limitaciones sensoriales e intelectuales carecemos de la sensibilidad propiamente dicha, nos queda la nostalgia, la pertinaz reminiscencia, cuando all;, por el aqu;; cuando aqu;, por el all; y viceversa.
STAL1N — (Teleg. de Petrogrado, 1919.). Creemos en la comu¬ni;n de los hombres, en la humanidad eterna que des¬truye la muerte y el temor a la existencia, esa carga gloriosa de la vida; en la santa madre, tierra de sexto sentido; puente de comunicaci;n entre orientes y occi¬dentes, cabe el techo del mundo; entre la estrella polar y la cruz del sur, Len;n ha venido a rematar desde esta pla¬taforma, en p;blica y universal subasta los cercados; la propiedad nos es inherente, ella nos es inalienable, su divisi;n es artificio, provisoriedad de apadrastradores y amadrastradoras en relaci;n de crueldad y perver¬sidad- ! Arriba los pobres del mundo, de pi; los hu;r¬fanos sin pan! Nosotros, los volsheviks, con nuestros hombros romperemos las cadenas del mundo. Funda¬mos la patria de la evidencia sobrepujadora de toda fe. Detr;s de la unidad celular se acer; el novenario, tomad esa vara, la reverberaci;n del hogar proletario agol¬par; las fuerzas contra nosotcs, la pararemos y la con¬moci;n barrer; hasta los m;s altos horizontes del pla¬neta. Todas las concepciones que del mundo existen; todos los criterios de su selva oscura, acrimoniosos y luciferados. Nadie echar; suertes sobre la vestidura natural del pueblo, no abatir;n su estrella, no cesar; de cantar el martillo ni la hoz, de segar horizontes de traidores a la humanidad. La ra;z del ;rbol es inson¬dable, su yema inasequible. Conmoci;n y reacci;n es su ritmo. Hemos matado la esperanza y la desespera¬ci;n. De un puntapi; se ha desquiciado ese juguetero cargado de opio y espantajos. Tomad la vara, parece verde, flexible como un chorro de fuego l;quido, se nieva de pavesas y mocenas, m;s la brasa, siempre resplandecer; ante nuestros ojos, est; encendida en la sexta parte de la tierra, lugar inacesible a todera sus enemigos, esgrimidla.
FRANCISCO ALVAREZ ALONSO
SALUDO A SEBASTOPOL
Aqu;, de pi;, con el coraz;n gritando, corazones amigos de mi coraz;n.
Aqu;, amigos de pi;, coraz;n, corazones al viento.
Salud a Sebastopol, air;n y pu;os, con su rojo coraz;n en llamas y sus defensores que no pueden morir.
Ellos, los po;tas para el nuevo d;a, soldados de la patria proletaria, due;os de su destino.
Poetas, si, poetas.
Poes;a es la sangre de tus h;roes innumerables, de sus infinitos h;roes populares.
Salud;mosla hoy, aqu;, de pie, con el coraz;n gritando, poes;a de sangre s;bre el Mar Negro.
;Salud Sebastopol!
El gran gigante, el maravilloso pa;s de la libertad, el proletario pueblo de los Soviets tiene hijos as;.
—Esa es su historia—
El coraz;n sovi;tico en un solo coraz;n de camarada y no podr;n con ;l los asesinos, nunca podr;n con ;l.
El coraz;n sovi;tico es el pueblo y tiene un capit;n, se llama Stalin.
—;Nunca podr;n con ;l! —
Salud Sebastopol de guerrilleros- Salud;smola hoy,
aqu;, de pi;, con el coraz;n gritando.
FELIPE NOVO A (hijo)
LUNA AUGURAL
(Dedicado a los h;roes de SebastopoL)
Acostada de bruces en los plumones de la noche intensa levantas tu cara de luces y miras (oh, Luna! la tierra que rueda.
Visiones que pueblan caminos y suben, sangrando, tus blancas monta;as.
Dolor de visiones que llevan, fijas a la Tierra, tus cuencas heladas.
Espigas de acero en campos humanos... de espejos que tejen leyendas y esperan las llores del canto.
El verde
es otro c;daver tendido en el campo.
Muri; en la llanura, y all;, en el espacio ardi; el Arco Iris entre tercos vellones del humo
que el signo negaron.
]Oh, Luna, que llevas horribles tragedias hasta tus monta;as 1 Las turbas se engrosan...
tus puentes se ensanchan...
Son muchos, son medio planeta joh, Luna!
los muertos Que arrastras.
Y los que cayeron (acaso dormidos...)
jah! los que perdieron sin vida y sin muerte su estrella so;ada, y pisan sin suelo, los ojos vidriados... escu;lidas sombras de eterno desvelo.
jLuna blanca, que llevas punzantes dolores hasta tus monta;as 1 ;no cierras tus p;rpados?
;no es m;s que de roca tu entra;a?
Tu mirar no se nubla, ni se engesta tu cara,
El horror te ha dejado de piedra y en tu noche perenne
igual vagas tranquila, como una son;mbula.
(Luna, Lunal...
jno puedo sentirle sin almal Dime tu secreto.
Si eres Pitonisa
dime el vaticinio que deja serena tu cara. Env;a a la Tierra el mensaje en tus p;lidos lirios y azucenas blancas Tu frente, que escala el futuro de luz se dilata.
Ya s; por qu; tienes la cara serena
;oh, Luna bendita que afirmas la antorcha
que en todos los pechos es ansia!
jOh, tu vaticinio!... |Ya se acerca al Alba!
Me lo dice la esencia m;s pura que de tus jardines celestes
al mundo derramas.
(Lanza a todos vientos
las palomas sacras llevando en el pico el verde m;s verde que tuvo la divina ramal Lleven tus palomas por campos, por cielos y mares cantos de Bonanza!
;Ay, los muertos!...
Andar;n por el mundo, invisibles.
Ser;n la custodia de todos los hu;rfanos, de rotos hogares.
Ser;n la custodia del sitio vac;o donde afila sus dientes
el Lobo del Hambre.
Ser;n la custodia en las siembras, pulso en los obreros, h;lice en las naves.
Su voz y su empuje ser; una Victoria que hervir; en cada gota de sangre, de sangre de m;rtires-
|Oh, los muertos!... Mirar;n sin ojos las fruct;feras siembras de sangre.
Monstruos del Averno van por el planeta, flam;geros ojos, armadas sus garras, nubes de tormenta henchidas de sangre, densas nubes pardas.
Son ellos, (oh, Luna! los que cavan la cuenca de mares de sangre,
de mares de l;grimas. jOh, dolor! que esos mares
la nave del alba cruzara!
(Oigo, Luna, del Cielo y la Tierra la santa palabra.)
{Redenci;n! las estrellas en coro.
]Redenci;n! les responden trepando los muros celestes, las glicinas blancas
que llevan, jadeantes, los ayes del mundo temblando en sus ramas.
Redenci;n los tambores redoblan.
|Redenci;n! en reflejos, la espada.
|Redenci;n! el clar;n estrirWrfp
;Redenci;nl grita el Sol en su lengua de llamas.
MARIA ELENA MU;OZ
ANDEN DE ESPERA PARA EL REGRESO DE SEBASTOPOL
Estabas con tu silencio azul mec;nico, y tus sirenas apuntando al aire, y tu mar Negro, fr;o, inexorable, duro y atroz, cintura de tu acero.
Y tu historia despierta, y tu sonido
con sus nuevas guitarras de metralla.
Y tus piedras ilustres, y con tu nueva raza, y con el firme pecho remachado y ce;ido de batallas, y tu experiencia larga,
y un coraz;n de furias,
y una nieve que, a su calor, se convert;a en agua. La libertad, tu vaho, siempre irradiada,
Y lanzabas tu risa y tu desprecio tentando como nunca a la canalla.
Y lanzabas tu risa y tu desprecio en un altivo festival de balas.
Feliz de t;, Sebastopol invicta, intacta siempre y sin cesar hollada.
Nada importan tus casas derruidas, ni el tropel de los b;rbaros por dentro.
Ni siquiera un rasgu;o en tu belleza —oh, ciudad del Mar Negro— puede imprimir quien pasa sin sentirte, quien desde t; persigue, enceguecido, su propia ruina y su total olvido.
Feliz de t;, ciudad, donde los rusos escribieron y escriben una muestra para la caligraf;a del coraje, que te incrusta viv;sima en la historia, y hace que nadie ignore que tu fuiste
la trampa y el obst;culo del b;rbaro.
Feliz de t;, Sebastopol, eterna, estribo que nos alza hasta el m;stil de orgullo de la Rusia varonil y colmada de prodigios .
Ir;n las sangres por tus dos veredas,
—que no se mezclan cosas tan dispares—, una, cantando en rojo su optimismo, la otra, avergonzada de ser sangre-
ALFREDO MARIO FERREIRO
HOMENAJE A SEBASTOPOL
Cien mil alemanes se pudren al sol en calles y plazas de Sebastopol.
Cantare a la muerte de la bestia parda mientras en mi esp;ritu le;o de luz arda.
Y conste que siento la insignificante muerte de un insecto, de una flor fragante-
La muerte de un hombre, lejano y altivo me duele, la lloro, e intensa la vivo.
En cambio, la muerte de quien solo mata tristeza no causa ni pena desata.
No puede ser hombre quien sirve al horror y olvida un supremo destino de amor.
Cien mil alemanes, se pudren al sol en muros ruinosos de Sebastopol.
As; le responden, los pueblos de honor,, con sangre y metralla, a todo invasor-
Forjemos ahora la patria ideal el mundo de Am;rica, justicia social.
All; en las defensas de Sebastopol ya surgen los nuevos destellos de un soL
Los pueblos que luchan por la libertad vislumbran la aurora de fraternidad.
Juan Silva Vila..
SEBASTOPOL
I
En el siniestro plan del Anticristo Andaba oculto el sacrificio eslavo:
Virar al Este con golpe imprevisto Y hacer del Oso un opulento esclavo.
la Madre Rusia como espiga violenta Esper; la tormenta.
M;quinas del Infierno incontrastables Irrumpieron con r;pida codicia.
Se repleg; la Madre con sus sables.
El derrumbe del Este se inicia...
;Qui;n parar; la furia vencedora? ;Qui;n detendr; las ruedas envolventes? ;Qui;n dir; al B;rbaro: — Lleg; la hora De fijar muros sobre las pendientes?
iNoruega, Holanda, B;lgica, la Francia Del hero;smo est;tico y gallardo, Quebradas con diab;lica arrogancia Por la cruz zurda del empuje pardol
II
Rusia detiene al Ogro. Lo sablea,
Lo da vuelta, lo humilla, lo rechaza. Desconcertado el mundo ve la tea De salvaci;n en la estupenda Raza.
(No fu; tan f;cil el mentado logro De ver al Oso en los dedos del Ogro).
III
Y el Ogro ha vuelto, contrastado y tr;gico. Sebastopol resiste y desbarata.
j Ya ha de fulgir el disparate m;gico Del descalabro de la catarata!
Rusia es la c;smica conciencia brava Que ha de romper el pie del Anticristo- Timoshenko es el C;clope de Clava Que al contrapunto se repliega, listo.
El sabe desatar caballer;as
Y encender el bramido de los tanques.
| Sebastopol le asegur; los d;as
De endurecerse para los arranques!
Pronto vendr; la r;faga del Este, Derrumbando las m;quinas del Mal,
|Y se ver; la lividez celeste Del nuevo mundo gravitacional!
PEDRO LEANDRO IPUCHE
SEBASTOPOL IN PI;
Sebastopol, en pi;.
Ya no hay d;as ni noches; el tiempo, detenido, de piedra, sin palpitar in;til de relojes sin l;mparas velando un sue;o in;til, sin camino de tr;boles ni esperas.
Sebastopol, en pi;.
Fueron d;as y d;as...
;Qu; Dios con odio pudo contar las horas que no existen asomado a la puerta del icono?
Sebastopol, en pi;.
A trav;s de Kupyansk llegan los b;rbaros! (ah, |la rotuda voz del telegrama!)
Las filas de robbots que nada entienden llegan quemando trigo de Tchemaja!—
i Est;n en Kursk, est;n en Kursk los b;rbaros! ciegos y agusanados, como muertos, andando porque el l;tigo lo manda, con el espanto a cuestas y mordiendo!
Llega la antigua m;quina, rehecha desde el oscuro hervor del medioevo, a la que empuja la andrajosa mano de un diablo sin infierno!
|Van subiendo Sapanl ;Llegan los b;rbaros 1
Cuidad el homo para el pan! El recio esp;ritu, ciudad, que siga entero!
Un tren, Voronezh, llega hasta el cielo.
Sebastopol, en pi;.—
Los gritos suben, espesos y calientes y el muro de venas entrelazadas, sigue tenaz, firme, enraizado sangrando, sigue...
Los viejos rapsodas
enterrados junto al caballo de los muertos resucitan en esta noche del Ragnarock.
Resucitan
los viejos rapsodas
de los caminos de la lengua de Oc,
los del Carpi; y Roncesvalles.
Resucitan
los que vieron el escudo de Ares en los combates de los reyes pastores.
Resucitan los que una hora trenzaron barba y alabanzas a Federico Barbarroja-
|Ah; |Miradl Mirad, Viejos:-
;Sebastopol, en pi;l
Los muros se derrumban debajo de un c;ela agujereado, pero la ra;z de, los muros est; m;s abajo y vive. P;jaros y peroles se mueren entre el humo; pero la ra;z vive, perennemente vivel
Antiguas palabras con herrumbre y cadena ruedan decapitadas o estallan en el aire.
Pero la ra;z vive, la verdadera vive,
entre ruinas y escombros, la verdadera llave
intacta se levanta
Sebastopol, en pi;.
No es tiempo de llorar ni de gemir, ni de escuchar la voz de los retratos.
Es tiempo, s;, de estar en pi;i
Y nosotros, gente de un mundo nuevo, de pi;
como Madrid y Londres y Sebastopol en pi;, apretados, graves y firmes, muro de venas entrelazadas, en pi;, siempre en pi;, esperando el gran d;a en que todo ser; a;n mejor que tr;bol y gramilla, y tibio hogar y r;o dome;ado.
En que el mar ser; un camino
y la tierra una mano con espigas!
SELVA MARQUEZ
SEBASTOPOL EN LLAMAS
Sebastopol est; en ruinas;
Sebastopol qued; en llamas:
antorcha de hero;smo
sovi;tico, levantada
a la orilla del Mar Negro,
entre colinas de plata,
cay;... m;s resplandeciendo...
para ejemplo y ense;anza
de otros pueblos que, muy pronto,
deben entrar en batalla
contra el Ogro Polic;falo,
la Bestia Motorizada
de este nuevo cataclismo
que engendr; la Plutocracia,
manceba de los Caciques
del Pillaje y la Mcrtanzal
De los humeantes escombros de Sebastopol,
se alzan —lenguas de luz— los apostrofes
contra los flojos y tr;nsfugas de todas las latitudes,
que, en esta hora de magnas definiciones,
esquivan su graso cuerpo a las balas, o adheridos,
cual moluscos, a su "neutralidad", aguardan que se aclare
el horizonte y amaine la marajada...
Sebastopol, gigantesco osario de hordas germ;nicas,
pregona c;mo se baten las milicias proletarias,
en defensa de los fueros de la dignidad humana,
contra t;cnicos del Crimen, megal;manos piratas,
que prostituyen la Ciencia y a pueblos — reba;os atan
al destino de sembrar la muerte por donde pasan y destruir
lo que otras manos, m;s nobles y ;tiles, crearan...
Hombres de todas las tierras, hijos de todas las patrias,
aun aquellas m;s distantes de los frentes de batalla:
| disponeos a la luchal ;Aprestad coraje y armas
para el supremo combate por la redenci;n humanal Lleg;
el d;a de arrancar de la estremecida entra;a
de la Historia, un mundo nuevo, de justicia igualitaria,
sin esclavos ni verdugos, sin par;sitos y s;trapas.
Son; la hora de erigir sobre las cenizas tr;gicas
de reg;menes vetustos, carcomidos por sus lacras,
una sociedad dichosa, de aut;ntica democracia,
sin amos providenciales y clases privilegiadas;
la que ide; Carlos Marx y Len;n edificara
en la tierra de Puchkine, que hoy vemos transfigurada
;por la sonrisa fraterna de Stal;n, el Camaradal
Por nuestra liberaci;n; por este mundo
sin castas de explotadores e ilotas,
de Pantagrueles y Parias...
Sebastopol qued; en ruinas, Sebastopol es un ascua...
Por el Ideal de Justicia, todo un pueblo se alz; en armas;
apoyando a los soldados ni;os, mujeres y ancianos
de la naci;n proletaria, afrontaron la metralla,
la sed, el hambre, el tormento del insomio, en las entra;as
de improvisados "refugios", mientras, arriba zumbaban
—cual siniestros moscardones— "stukas" de negras alas,
que van sembrando "kultura" con sus bombas incendiarias...
Por el honor de la Especie, Sebastopol qued; en llamas...
Fu; un baluarte cada barrio y una almena cada casa...)
;Por salvarnos de la Bestia, Sebastopol fu; arrasada!
Mas surge de sus escombros, de sus calles devastadas,
de sus fuertes destrozados, de sus derruidas f;bricas
y sus trincheras, te;idas por la sangre proletaria,
junto con el anatema a los flojos y los tr;nsfugas
de todas las latitudes, un resplandor de esperanza,
que se convierte en aurora de certeza y nos exalta:
|Sebastopol, ciudad—m;rtir, muy pronto ser; vengada!
Bajo el martillo tenaz. de las fuerzas democr;ticas,
empieza a resquebrajarse la monstruosa maquinaria del atraco
imperialista que Adolfo Hitler montara.
Ya el Ogro se tambalea; diente tras diente le arrancan
y quedar; inerme, al fin, en la estepa desolada,
como estigma y testimonio de que quien a hierro mata,
a hierro muere, tambi;n, porque la Justicia tarda,
pero llega, inexorable, como alud,
contra la In;amial Pu;o en alto, te contemplo Sebastopol,
inmolada ante el Moloch Pangerm;nico,
por legiones de hombres—m;quinas, llevados al matadero
por un delirante s;trapa, bajo el signo de los Hunos Modernos:
la Cruz Gamada!
Pu;o en alto, te saludo Sebastopol, coto y plaza de la epopeya
sublime de las huestes proletarias que, una vez m;s,
demostraron c;mo se muere y se mata por defender el acervo
de la dignidad humana y crear un mundo bueno, sin magnates y sin parias!
Y, pu;o en alto, te canto con la voz de mi esperanza, Sebastopol,
Troya Obrera, lque pronto ser;s vengadal...
MARIO CASTELLANO
ODA A SABASTOPOL
Nadie sabe qu; voz est; llorando!
Nadie sabe de bocas angustiadas!
Nadie tuerce la voz para gemirte;
Nadie se angustia, jam;s nadie ha llorado]
Nadie caer;, nadie cay; jam;s;
No ha pasado la bestia ; Mira su sangre amarga
en la esquina del tiempo!
Mira su sangre rota que hace muecas de goma
y finge rostros de Hombre.
!Mira su sangre verde
que ensucia los senderos,
que coagula su espanto y su derrota,
que llora en la pendiente y no ha manchado
las profundas espigas de tu canto!
Por tu mar amarillo de rotas chimeneas, —
vac;as en la tarde como los comentarios —,
naciendo de ti misma triangular y pausada,
hacia esta noche amarga.
Oigo tu vuelo tendido y deshojado como tu flor eterna:
vienes de lejan;as que se comen el vientre;
vienes viva y humeante,
palpitando de estrellas, tranquila abierta, blanca,
frutal como crep;sculo.
Tus guerrilleros — ;rboles
de angustiadas ra;ces engarfiadas en roca—.
van quedando en la luz eternamente,
de filo como flechas apuntadas
con tranquila reciedumbre del acero!
En tus ojos de trigos encendidos,
o de techos en llama o casas en escombros—.
siento tu paz ardiente
como alas en la boca ahogando las palabras.
Te escucho y no te Doro, ciudad honda;
no necesitas llantos.
Mas, te juro que tus machos hermanos afilan
sus martillos y sus brazos de bronce desangrado.
Ya los ver;s por calles y veredas,
—cobijados de sombra o coronados de fuego —,
obstinados en tu sangre que clama y va rugiendo,
manchar tu vuelo que viene y viene siempre.
Los ver;s como yunques implacables al camino salir.
;Ya est;n marchando!
OTTO BENITEZ
SEBASTOPOL
I
Sebastopol, silbante luz de puertos,
bajo las cicatrices del oleaje;
con tu cumbre de vivos y de muertos,
como una hoz que corta el vasallaje.
Un trigal de himnos creci; en tu cintura,
sombra de cenizas para tu biavura.
II
Tus banderas hoy son heridas del viento.
Tu lumbre est; helada;
tu aire violento
de dalia arrancada,
envuelve la fuerza volcada.
Un himno de cuerpos, cantando agon;as,
te devolver; en cercanos d;as.
III
;Salud Sebastopol, servidora del mundo!
Silbante nombre
en tu garganta marinera.
;Ninguna ola invasora atar; tu ribera!
;Salud a tu nuevo arquetipo de hombre,
con su clavel profundo
de destruida piedra y de agrietado mar!
;Loada tu centaura memoria que quiere cantar!
;Loado tu hijo guerrero,
tu luna de roca, tu sitio de pu;o cerrado;
loado tu grito clavado
en sienes de acero!
IV
No llore su estrella muralla cautiva,
no cese el galope la aguja infernal,
que Sebastopol ser; mientras viva
medalla en la lumbre del d;a augural!
JUVENAL ORTIZ SARALEGUI
* * *
ДОЛГИЙ ПУТЬ НЕИЗДАННОЙ КНИГИ
От переводчика
В толчее Союза писателей, в многоголосой сутолоке Дома литераторов мне так и не удалось спросить его, верна ли моя догадка: поэма его "ABC de Sebastopol" – современный перифраз "Песни Песней", шедевра библейской и всей любовной лирики мира? "Черна я, – восклицает Суламифь, – но красива... Я смугла, ибо солнце опалило меня", – повторяет она.
Юноша и девушка – двое влюбленных в поэме Амаду "ABC de Sebastopol" – именно так друг к другу и обращаются: "negro" и "negra", то есть "черный", ("смуглый") и "черная", ("смуглая"). Но и помимо этой, явной, кажется, детали весь диалог их, вся наивность чувств и суждений, звонкая чистота голоса – оттуда, из глубинных и всечеловеческих истоков культуры, из патриархального, почти идиллического сознания, не замутненного попыткой постижением Тайны и релятивизмом. Тем страшнее на этом благоуханном, как поляна цветов, хотя и реминисцентном фоне поэмы Амаду – тема, пейзажи и предметы, в ней явленные: орудия убийства, пожары, развалины и могилы...
Если поэму воспринимать в просторном контексте всемирной культуры, то она – не об одном Севастополе, даже не о целой стране, пусть и гигантской, но – о трагедии планеты и ее истории, о войне в былые времена неслыханной, ужасной самой по себе, а еще более – как свидетельство греховной мутации, необратимого, возможно, заболевания человечества. Впрочем, это – прочтение поэмы совсем уже сегодняшнее, на исходе века и тысячелетия...
Тогда же, в июне 1942-го, цель была – конкретная и благородная. Севастополь, белый город-красавец у моря, город-воин, три недели как пал. Еще один проигранный бой с фашизмом, еще одна обгоревшая и рухнувшая надежда – после Мадрида и Испании, после отданной дикарям Германии и пущенной на портянки для гольштейнской солдатни французской и европейской культуры.
Вот почему строки, строфы и целые стихотворения "Cantos" читаются как заклинания: держись, Севастополь! держись, Россия! держись, белый свет!..
В самом деле, отступать было некуда, территориально – мо¬жет быть еще (Америка? Австралия? Антарктида?), но духовно... И потом, разве было западному тогдашнему миру известно толком про то, что на самом деле происходило в Советском Союзе, о котором чест¬нейшие и изысканнейшие интеллектуалы на всех континентах говорили как о "совести эпохи", а народ, населяющий эту страну, называли свободным, "у которого есть капитан, и зовут его Сталин"? Конечно, не все соглашаясь с этой иллюзией: "брюзжал" Андре Жид, недоумевал Фейхтвангер, но вот авторы "Песен Севастополю" верили: "...только Ты, бессмертная Богомотерь Россия – мы знаем это отныне и вовеки веков – только Ты с твоим гуманным народом охраняешь Рай, окруженный огнями преступлений".
Антифашистское движение было, конечно, еще и романтикой – для многих. Генерал Лукач и Эрнст Тельман стояли в отраженном свете сво-боды где-то рядом с фигурами чуть ли не Гарибальди и вождей мексикан¬ской революции... Марлен Дитрих, сочетая идеологию с ревю, изничтожала фашиствующего люмпена Мекки-Мессера. Хемингуэйевские герои, втихую плебействуя, заслушивались Эрнстом Бушем, а всемирно-уса¬тый маршал Буденный выступал в марше братьев Покрасс как Посланник, явившийся покарать на земле вселенское зло. В этом эмоционально–философ¬ском, если можно так выразиться, ключе и следует по¬нимать пафос, почти мисти-ческий, которым наполнены строфы молодых тогда еще авторов сборника. Неопровержимо – и никто не способен опровергнуть это – и другое, то объективное и досто¬верное, что осуществилось в истории и о чем пламенно и провидчески возвещали стихи: в огромной стране, на евразийских прос-торах захлебнется своей же кровью фашизм.
~ ~ ~
"Cantos a Sebastopol" – яркий пример солидарности, но и в качестве книжного издания и единственного, возможно, в нашей стране экземпляра – явление и предмет удивительный, со своей историей и перипетиями. Изданная через 18 дней после падения города–крепости, она еще лет пятнадцать никому у нас не была известна, до описанного Феликсом Вулем эпизода, когда ее, подаренную в Монтевидео морякам флотилии "Слава", он нашел на безлюдной палубе флагмана, стоявшего в севастопольском доке. Сын крымского литератора, сам не чуждый, как это в юности случается, напевно–лирических проб (помню его стихи про девушку Марту), Феликс понял ценность своей находки и уже в 59–м опубликовал свои первые переводы, обратившись за помощью к испанистам (на португальском написана только поэма Жоржи Амаду, которому Феликс тогда же и написал, и получил обрадованный ответ писателя).
Но – "Habent sua fata libelli" , и вот книжка переходит ко мне на предмет, скажем так, профессиональных трудов. Ближе к концу шестидесятых я напечатал несколько своих переводов из нее в "Знамени",в "Литературной газете", "Комсомольской правде" и еще где-то.
Книгой заинтересовались Лев Озеров, Николай Томашевский, Константин Симонов, предложивший издать ее на языке оригинала и русском, с иллюстрациями, в альбомном формате. К сожалению, даже Симонову тогда "пробить" это издание не удалось, на первый героико-географический план уже выходила из тумана Малая Земля, хотя до одноименной книге весьма достославного "автора" еще далеко было.
С небольшой вступительной статьей в "Знамени" выступила участница тех севастопольских событий прозаик Любовь Руднева.Любовь Саввишна так оценила факт публикации:«3 июля 1942 года, когда героические защитники Севастополя оставляли город, на берегу Атлантики, в Монтевидео, вышел сборник двадцати латино-американских поэтов «Песни Севастополю». Среди авторов мы находим имена Жоржи Амаду и Альваро Фигередо. Двадцать поэтов хотели своими стихами продлить подвиг сражавшегося с фашизмом Севастополя. Это был Реквием погибшим и пролог в буду-щее, сливший надежду. Он поистине эпически прозвучал на испанском и португальском языках.
Честь открытия этой книги советскому читателю принадлежит молодому поэту из Молдавии Льву Беринскому. Интерес к прогрессивной поэзии Испании и стран Латинской Америки помог ему разыскать уникальный сборник. «Песни» попали в Советский Союз, проделав странствие, тоже по-своему необычное. Их подарил в знак дружбы кто-то из уругвайцев одному из моряков китобойной флотилии «Слава».
Лев Беринский работает над переводом всего сборника, посвященного Севастополю Он находит точное слово, переводя стихи, полные страстного гуманистического гражданского пафоса. Они и сегодня имеют действенное значение, потому что битва, которой аванпостами были то Мадрид, то Москва, то Севастополь – эта битва, в сущности, продолжается».
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Занявшись севастопольской темой, я обнаружил, что тема Обороны города-крепости (всего эпизод, разумеется, в масштабе второй мировой войны) – занимает немалое место в зарубежной поэзии тех дней, вероятно у авторов разных стран всплывала в памяти одна и та же ассоциация: Лев Толстой, "Севастопольские рассказы". Вот сонет, написанный тогда же кубинским поэтом Анхель Аухьером .
СЕВАСТОПОЛЬ
Севастополь, легкий мотылек
или обезумевшее пламя, чайки в небе не найдут дорог и ломают крылья над волнами.
Дым плывет поверх твоих тревог, боль твою я достаю глазами, чтобы расстоянья между нами одолев, с тобою быть я мог.
На победном лезвии ветров от Кавказа до полярных льдов я твое дыханье ощущаю.
Слышу моря грозовой напев...
Но не город там горит – а гнев, сумерки Вселенной освещая.
(Перевод Л.Б.)
Глобальность казалось бы локального события в панораме всесветной войны – плод не просто поэтизации и гиперболизации подвига.
Севастополь воспринимался – и по справедливости – как наследник, некое продолжение истории древней Эллады,ее непреходящей культуры и демократических идей. Понт Евксинский – Черное море, Гомер, гекзаметры о Трое в ритме накаты-вающихся волн, тысячелетние мифы и грезы о Красоте, Любви и Героизме...
Историческая и культурологическая символика наполняют эти стихи, свидетельствуя о личностном складе их авторов – интеллигентов, эстетов, гуманистов старой, еще довоенной традиции.
В Москве, в Доме литераторов, старенький Жоржи Амаду, присевший напротив меня рядом со старенькой se;ora Amado сразу – надо же! – вспомнил о "нашей" с ним переписке лет тридцать назад и тут же вызвался написать небольшое предисловие к предполагавшемуся в который раз изданию книжки (и свое обещание спустя пару дней выполнил). Я не стал в суматошной ЦДЛовской обстановке разъяснять ему, что на письма отвечал он тогда, где-то в 60-м, вовсе не мне, а человеку, нашедшему книгу, – а какая, подумал я, разница? Но ощутил укол совести, когда он, прощаясь уже в нашу последнюю встречу, сказал и погладил рукой мою руку: "Я рад, что мы все же встретились с вами на свете, старый друг".
"Старый друг"...
Впрочем, разве не так?
Москва, 1990.
ДОКУМЕНТАРИЙ
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; – Berinski, es Usted jud;o?
То есть еврей ли я. С таким вдруг вопросом обращается ко мне собеседник. Мы сидим втроем,с сеньерой Амаду, за обененным столом, и я, не зная португальского, уточняю с ними через испанский смысл некоторых фразеологизмов, которых в его поэме не понял или не нашел в увесистом португальско-русском словаре.
– No tiene… всплескивает руками дама – no tiene importancia!
Не имеет, то есть, значения…
Оба они тогда, в году, помнится, 89-м, были уже людьми пожилыми, и в последний раз решили, видимо, побывать в Москве, где прежде бывали многократно.
А в начале 91-го я покинул Россию,с Амаду и женой его,писательницей Зелией Гаттаи потерял всякий контакт.
P.S.
Его давний вопрос, несколько смутивший меня своей тогда своей неуместностью, нашел свое объяснение несколькими годами позже, когда на каком-то литературном фестивале молодой литератор из Латинской Америки в каком-то контексте между прочим упомянул romancero Jorge Amado, знаменитого на весь мир jud;o. Да, из маранов…
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ИЗ ВОСПОМИНАНИЙ ФЕЛИКСА ВУЛЯ
Mне вceгда везло на книги и на людей. В послевоенные годы, толкаясь на севастопольской барахолке, я за три сигареты по нынешним ценам стал владельцем старинного фолианта «О древностях Южного берега Крыма и горъ Таврических».
Через несколько лет он сыграл некую роль в моей судьбе.
Потом, в 1955 г. – Cantos a Sebastopol”(он стоял в доке на нашем севасто-польском заводе), мы с братом обнаружили в куче мусора две ценные вещи: в цветных вензелях корешки от заморской чековой книжки и какую-то брошюрку в красной обложке с фотографией, которая примагничивала взгляд. Через пару лет, когда я был уже студентом, эта книга стала настольной..
Первой переведена была дарственная надпись:«Товарищам со «Славы» с открытым сердцем. Хектор, Сельма и Граселита Пагола. Монтевидео. 20 апреля 1955».
Прикосновение к чужим словам, складывавшимися в музыку, образы, мысли, надежды и слёзы,и любовь, не давали спать по ночам. Перевод «Азы Севастополя» («ABC de Sebastopol”), опубликованный в ялтинской «Курортной газете», я послал Жоржи Амаду. Он отвечал: «Я удовлетворен… русские узнают эту поэму…».
Переводы продолжил Лев Беринский. Собственно, заново начал и кончил. Это было правильно.
Нас несколько раз обманывали, но переводы похваливали, обещали, обнадеживали, забывали. Что-то печатали. К.М. Симонов дал дельный совет соединить стихи с графикой.
Сейчас сборник выходит в свет – таким, как тогда, в сорок втором. Его встречает новое время, новые люди. И только человеческие чувства никогда не бывают старыми.
Феликс Вуль,
Кандидат медицинских наук,
Член Союза журналистов Украины.
Дата (нрзб).
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ПРИМЕЧАНИЯ
К названию книги.
В испанском языке слово «кантос» может означать, в зависимости от контекста, и песни, и песнопения, и – терминологически, как в латинском, да и русском языке – Песнь, если содержание текста пафосное или историческое. Пример тому «Песнь о вещем Олеге» А.С. Пушкина.
”Canticum Canticorum” – «Песнь Песней» назван в латинском Ветхом Завете величайший гимн любви,«Шир hашир;м» на древнееврейском, о котором мудрейший рабби Акива сказал когда-то, что «Все книги пророков – святыня, а Песнь песней Соломона – Святая Святых».
В нашем случае уместней употребить слово "Оды", по Державину.
Переводчик
Свидетельство о публикации №121062801986