Palabras sin duen o II
Pero tu como una estrella al nacer
dejaste que la luz estallara en todo mi alma.
Como el oceano me arrastraste a tu inmensidad.
Me dejaste caer en tus abismos y yo me quedE
convirtiendome en tus aguas y tus olas.
Con el suave retintIn de tu voz me meciste en mis suen-os.
Y mis lagrimas se convertIan una por una en perlas.
Y yo las dejE deslizarse hacIa tu boca, llenandola con perlas
como aquel sultAn turco la llenO una vez con perlas a un joven poeta cuya voz le deleitaba tanto como la tuya me deleitaba a mi. Y ahora cuando incluso el eco de tu voz se desvanece, me quedan solo estas miseras palabras mias, como rastros de rastros...
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