Sin cabeceo
Y sin abrazo se retira de la sala.
Se sienta a cambiar zapatos, escondiendo
las lagrimas hirviendole por dentro,
Sentiendose tan decepcionada...
Con un respiro grande se acaba
La noche esa triste milonguera,
Que nada era para ella:
Le dio aun peor vacio a su alma.
Sin conocer a la persona,
Tan sola y despreciada,
No mira mas - ni lejos ni de cerca,
Mientras que se despide la milonga
con una Cumparcita anunciada.
No vale ni vestido lindo
Y ni zapatos esos con el brillo,
Ni maquillaje, ni peinado con estilo
Si tienes ojos tristes, apagados:
Donde no se retrasen las miradas,
Ni se refleja ni un rayo - no habra el baile.
5/10/2016
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