Io sogno mattina
y una pregunta resuelta en tus palabras,
la tarde ya no es tan fria hoy,
tampoco lo seran los amaneceres frios de enero.
Un instante de suenio tardio... y soy feliz,
ya no quiero ver a las estrellas jugar,
quiero sentir que muero en tu regazo
y que resucito con el calor de tus abrazos.
Una sola palabra sin pronunciar basta,
y puedo ver mil palabras que musitan una oracion,
y puedo sentir que tienes al cielo en tus brazos
y en tus labios...
Un fuego infinito me une a ti por un instante
y quema mis tristezas, y se quema todo lo malo,
mis lagrimas se evaporan, entonces comprendo
que el cuajo de vida en mi ventana llego a tiempo...
y recojo el lapicero...
Las estrellas dejan de bailar sobre mi techo,
las horas ya no lloran sobre mi cabeza,
la lluvia ya no cae tan de prisa
y la tarde ya no muere tan pronto.
Y las penas ya no dormitan en mi rostro,
y el llanto ajeno cesa sobre mis ojos,
ya no hay alma que corra hacia su cuerpo,
todos son, de nuevo.
Eres un angel, hoy cuidas mis suenios,
y puedo soniar sin volar muy alto...
he aprendido ahora que has regresado,
y he aprendido a ver tras de tus ojos.
Tomare la poesia que hay en tus ojos
y creare con ella un lugar hermoso
donde puedas descansar...
olvida todo por un instante...
Julio C. Bellido
enero, 2002
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